Toda una vida en la venta de mote
A las 11:45 h Carmen Quishpe sigue con el mote y el chicharrón en su puesto de venta situado en la segunda planta del mercado ‘Víctor Proaño’, del barrio Santa Rosa. Tiene mucha experiencia y recuerdos en los 30 años de trabajo en esta actividad comercial que le permite estar en contacto con los clientes.
![vida-mote](http://54.163.33.106/wp-content/uploads/2023/09/WhatsApp-Image-2023-09-04-at-12.13.56-1024x768.jpeg)
La vendedora lamenta que el negocio ya no sea rentable como antes; sin embargo, por costumbre, tradición y por el deseo de alimentar sanamente a la población riobambeña y a los turistas, sigue vendiendo lo que prepara con amor en su hogar y luego lo traslada hasta el mercado. Ya no lo hace todos los días, pero sí está presente los días de feria, los miércoles y sábados de todas las semanas. También prepara hornado bajo pedido que, generalmente, lo realiza para alguna fiesta o reuniones sociales entre los amigos o familiares.
Doña Carmen Quishpe aprendió y siguió el ejemplo de su madre, María Alajo, que realizaba la misma actividad. Estuvo con ella desde los nueve años, por lo tanto sabe cómo invitar a los clientes que acuden en busca del sabroso mote de Santa Rosa.
Por el puesto en el que vende el mote paga mensualmente casi trece dólares, pero solamente lo utiliza dos días a la semana.
Para la elaboración del mote primero va a la bodega a comprar el maíz, y lo hace medio quintal a la semana, pero no puede invertir en más porque debido a la situación económica han bajado los negocios, muchos están por ir a la quiebra, e igual no hay empleo y la gente no tiene dinero para hacer las compras, dura situación que afecta a todos los sectores.
Doña Carmen llega a su puesto de trabajo a las 08:30 h, para iniciar la venta y se retira cuando termina. A veces no viene temprano a trabajar porque tiene que atender su hogar, conformado por cuatro hijos jóvenes, y cada uno ya tiene su actividad de vida. Como madre de familia considera que la juventud está dañándose porque no dispone de las facilidades para estudiar en las universidades y convertirse en buenos profesionales, y por eso se dedican a los vicios, como la droga y el alcoholismo.