La vida le pasó factura, ahora espera milagro
Testimonios Riobamba problemas: Esta es la historia de Jeremías (nombre protegido), quien recuerda que en su juventud era taxista, tenía su propio vehículo con el que hacía carreras, vivía una vida feliz y tranquila en la costa ecuatoriana, sin embargo, tenía un pequeño problema: era un infractor de tránsito, que acumulaba multas y, en ocasiones, las rompía a vista y paciencia de la autoridad.
Situación.
Hoy por hoy, sus ojos llenos de preocupación solo reflejan desesperación. Producto de su imprudencia de juventud, acumuló más de 3.000 dólares de multas, lo que lo imposibilita para renovar su permiso de conducir. Hace dos años no posee el documento que le permite ejercer el único oficio que lo ha mantenido por largos años de su vida.
Sus hijos en estos instantes no lo ayudan, se siente completamente solo. Son los vecinos quienes le brindan un plato de comida. Se mantiene con el bono de desarrollo humano, sin embargo, no es suficiente. Tan solo ruega porque vuelva esa oportunidad para ejercer el trabajo que le ha permitido llevar una vida de comodidad para él y su familia.
Jeremías busca ayuda. Tan solo pide un trabajo donde pueda desempeñarse, ya que no se encuentra en condiciones de cancelar la deuda.
Problema. Las multas de tránsito no son deudas que desaparezcan del sistema, esto es lo que creía Jeremías cuando fue entrevistado. Estas suelen acumularse, llegando a convertirse en altas sumas a pagar.