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María de 81 años no ha dejado de trabajar durante la pandemia

Testimonios Riobamba: En las calles Río Paute y Padre Manuel Orozco, en el sector de San Miguel de Tapi, se puede observar todos los días a doña María Lema. Su boca y su nariz se las tapa con una chalina, siempre usa sombrero y un saco. Cuando se le pregunta su edad, primero dice que 65, pero se ríe, luego setenta, hasta que al final se supo que tiene 81 años.

Testimonios Riobamba: María no deja de trabajar. http://54.163.33.106
Testimonios Riobamba: María no deja de trabajar. http://54.163.33.106

Historia. En una covacha hecha de cajas y cubierta con costales vende productos como zanahoria, pimientos, ají, limones, entre otras cosas más. Uno de los inconvenientes es que esta zona no es muy transitable. Si bien ha pensado en salir a la avenida Lizarzaburu, también cree que alguien le va a causar problemas porque ahí existen muchas tiendas. “No creo me dejen ponerme ahí, por eso sé salir a vender aquí, pero ratos-ratos nomás se vende”, dice la abuelita.

Caso. En un inicio doña María se muestra algo desconfiada. Sin embargo, a medida que van pasando los minutos va contando algo más de su historia. Ella es madre de ocho hijos y tiene como 14 nietos. Lamentablemente, cuatro de sus vástagos han fallecido, mientras que uno vive en Guayaquil, y el resto trabaja. María comentó que vive con una de sus hijas, pero que también trabaja, sobre todo en estos momentos de tanta necesidad. “Se trata de vender lo que sea para llegar con algo de platita a la casa”, comentó la abuelita, mientras mira el horizonte.

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Realidad. Cuando conversa varios de los vecinos pasan y le saludan. Uno de ellos cuenta que “siempre se le trata de hacer el gasto a la mayorcita”. Otra vecina que pasó, comentó que doña María siempre está en ese lugar trabajando. “Dios la bendiga a la querida abuelita. Trabaja siempre hasta las tres”, comenta.

Vida. Doña María comenzó a trabajar en la plaza General Román, cuando era a la intemperie. Luego, como ya se iba a construir el centro comercial “La Condamine” se pasó al mercado de Santa Rosa, donde tenía ya su clientela y siempre vendía lo necesario para poder salir adelante. Sin embargo, un día de marzo de 2020 le informaron que ya no podía ir más a este lugar porque en el país y en el mundo se está viviendo una pandemia, y esto ha hecho que doña María no pueda bajar más a su lugar de trabajo y ahora tenga que hacerlo desde esta fría vereda. Los vecinos pidieron a los riobambeños que vayan hasta esta abuelita para que le compren los productos que ella vende y, de esta manera, pueda irse más pronto a su casita…

Realidad. Doña María cuenta que hace más de treinta años enviudó. Ha sido el sostén de sus hijos. Ahora sigue trabajando con miras a salir siempre adelante.

Pandemia. La pandemia del Covid-19 ha hecho que muchos adultos mayores tengan que optar por vender desde las veredas de sus casas, porque al ser vulnerables no pueden trabajar en los mercados.

Llamado. Los riobambeños y chimboracenses han demostrado siempre que tienen un gran corazón. Una forma de ayudar a doña María Lema sería yendo hasta su covachita y comprarle sus productos.

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