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Solo la honestidad recuperará la institucionalidad estatal

Solo la honestidad recuperará la institucionalidad estatal. http://54.163.33.106
Solo la honestidad recuperará la institucionalidad estatal. http://54.163.33.106

Honestidad: Sin duda, hemos tocado fondo en materia de bochorno, desparpajo y delincuencia organizada en diversos niveles, todos llamados a dar funcionalidad y ejecutividad a la Nación, al punto que la incredulidad ciudadana y la falta de confianza en la institucionalidad del Estado está en la palestra, y no precisamente porque ésta sea mala o deficiente, sino porque varios de quienes han accedido a la misma en calidad de funcionarios, sobre todo en los últimos tiempos, han entrado con agenda preestablecida y consigna, es decir, a cumplir un rol en específico, el mismo que debía ejecutarse a rajatabla, so pena de perder la “inversión” y, por consiguiente, el puestito.

Y en este aspecto es de destacar que toda aspiración personal o familiar es libre y digna, claro está, si la misma está apegada a la legitimidad y accesos que solo otorgan la verdadera meritocracia, pero no esa que regala cursos para sacar cartones en un año con aval institucional cuando ya se está adentro, o para recuperar la “inversión” hecha en campaña a través de contribuciones en efectivo, banderas, pintura, camisetas y más; o el “tradicional palanqueo” que distribuye cargos como herencia familiar, por el cual “estirpes” se perennizan en los mismos.

Aunque sus intérpretes no sepan ni ponerse una corbata o amarrarse bien los zapatos; o todo tipo de componenda o ardid que cierra filas a la capacidad de quienes se “queman las pestañas” día a día con el sueño de forjarse un futuro digno y ser útiles a la sociedad, pero que, por lo general, casi nunca tienen oportunidades porque los accesos a las mismas ya están copados a punta de “reservaciones” … lo que se refleja en el estado calamitoso de crisis que vivimos y, lo peor, sin visos de solución.

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Los tiempos actuales exigen que sea imperativo un mea culpa colectivo, un baño de honestidad y, sobre todo, la decisión política de tomar correctivos y enmendar, pues, de no ser así, corremos el riesgo de seguir la suerte de otrora grandes naciones que hoy se han convertido en fábricas de miseria y fuentes inagotables de migración. .

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