¿Qué se siente ser Riobambeño/a?
El riobambeño de la Antigua Riobamba no se quedó escavando entre los escombros, sino que buscó de manera inmediata el nuevo lugar para levantar la nueva ciudad de manera planificada, dijo Jacqueline Costales. ¿Qué se siente ser Riobambeño/a?
¿Cómo eran los riobambeños antes y como son en la actualidad?
Los riobambeños tenemos algo de especial, no solo porque estamos ubicados en el centro del país, en el “Corazón de la Patria”, donde nació el país con su bello nombre de Ecuador, sino porque la misma altura de los volcanes, la nieves blancas del Chimborazo nos hacen sentir felicidad, y esto nos hace sentirnos grandes, una persona sui géneris, porque está hecho de elementos importantes que provienen de nuestras culturas ancestrales, pero también de nuestros conquistadores, de nuestras culturas ancestrales, una raza de gente aguerrida, de gente valiente, de gente trabajadora.
Cabe destacar la figura de Atahualpa, orgullo de nuestra raza, orgullo de nuestra sangre mezclada entre Inca -Puruhá, esa bravura y esa valentía, con un esfuerzo por el trabajo, por el respeto, pues, si bien no le hemos notado con nitidez, sí salta a la vista porque el riobambeño, aunque lejos o cerca, siempre está hablando del Chimborazo, de sus cumbres andinas, de su planicie de Riobamba… la Antigua Riobamba estuvo junto a la Laguna de Colta.
¿Qué sucedió luego del terremoto de 1797?
Posterior al terremoto de 1797, el riobambeño no se durmió no se quedó tranquilo excavando entre los escombros de lo que fue la ciudad, sino que buscó el sitio propicio para levantarse, es así que escogieron la planicie hermosa de Tapi para volver a la vida a la ciudad de Riobamba, donde ya fue trazada más clara y más lógica para la vida cotidiana; entonces, el riobambeño no es una persona quedada ni que se conforma, es una persona que busca crecer y trata de desarrollarse, que quiere ayudar a desarrollar a su país. Los riobambeños se encuentran en todo el mundo ocupando muchos cargos importantes; en un programa que realiza Radio Mundial, de esta ciudad, hemos visto a lo largo de todo un año, hemos escuchado y hemos visto entrevistas a destacados riobambeños en el Ecuador y el mundo, brillando por sus grandes capacidades intelectuales, espirituales y morales.
¿Qué se siente ser riobambeño actualmente?
Creo que muchos sentimos ese amor a nuestra ciudad de Riobamba y queremos apostar por ella y trabajar con esfuerzo para que salga adelante y vuelva a ocupar los sitiales de gloria del pasado.
¿En “Somos Arte” vemos que van formando a los futuros artistas?
Hay cientos de rostros que se han enamorado de la cultura de Riobamba, de nuestra historia y de nuestras raíces, de lo que fueron y de lo que somos los riobambeños. En la fundación han conocido figuras importantes de la plástica como Carlos Latorre, Salvador Bacon y otros, cuyas muestras pictóricas se encuentran en la fundación. Los que han participado en los cursos de pintura han tratado de entender sus estilos y han procurado emular y tratar de sacar estilos propios y valores para el arte. Hay niños que se han quedado con la semilla del arte, y no solo en su mente sino en su corazón, y sabemos que eso va a dar frutos a corto, mediano y largo plazo.
¿Hay buenos recuerdos de lo que fue Riobamba?
Siempre hemos dicho que en el pasado Riobamba fue honor y gloria, y creo que sigue siendo, y que en el futuro seguirá siendo, porque hay semilleritos que se van formando en los diferentes espacios culturales que, con el tiempo, van a dar sus frutos, van seguir engrandeciendo lo que es la ciudad de Riobamba.
¿Qué es lo que hace falta para generar un mayor crecimiento?
No solamente debemos esperar de las autoridades sino unificar esfuerzos entre todos. Los problemas son casi similares en todo lado, la inseguridad, la falta de trabajo, la poca unidad y otros tantos problemas que son comunes en las urbes.
¿Será que falta unidad entre los riobambeños?
Considero que falta mayor unidad, y lo que sucede es que faltan incentivos y estímulos, y no solo de parte de las autoridades, sino de los mismos riobambeños, que deben ser más querendones de sus territorios, menos conflictivos y más proactivos, personas “que suden la camiseta” por Riobamba, pero, así mejore, siempre habrá quejas porque esa es nuestra idiosincrasia y parte del ser humano