La mirada dentro de la cultura
En 2011 se desarrolló la Primera Encuesta Nacional sobre Jóvenes y Participación Política en Ecuador y, en este estudio, se pudo evidenciar el interés de los jóvenes por los asuntos políticos del país. Así, se menciona que entre el 49% y el 55% de jóvenes encuestados evidencian un escaso -por no decir poco o nulo- interés por la política nacional. Por otro lado, entre el 71% y el 74% expresa “un alto nivel de acercamiento a la política”, esto con relación a los asuntos de sus barrios, de su comunidad y de su ciudad. La mirada dentro de la cultura.
![](http://54.163.33.106/wp-content/uploads/2022/04/CHIMBORAZO-RIOBAMBA-CULTURA027-1024x683-1.jpg)
En otras ediciones se mencionó que a la juventud lo que le concierne -de gran manera- es la falta de oportunidades laborales y la volátil condición de su situación económica, y estos factores han generado que una desidia u apatía envuelva al campo político. En el estudio se asegura que “la inseguridad, el desempleo y la crisis económica son los tres problemas del país que identifican a los jóvenes con más recurrencia. Por otra parte, la normalización y la tolerancia hacia la corrupción desmotiva a los jóvenes a participar en este escenario. Alexander Mejía, administrador de Empresas, asegura que lo que los jóvenes perciben hacia el ejercicio político es que la motivación es robar, no ayudar. Él habla sobre un término que ha escuchado que utiliza la gente para legitimar estos actos: “La corrupción justificada”.
¿Cómo ve al ejercicio político en nuestro país?
En el círculo en el que nosotros hemos crecido, nuestra generación, sobre todo, tiene un conocimiento nulo sobre el cómo funciona el sistema político internamente, y sin mencionar cómo sería a escala nacional. Creo que lo importante sería no caer en la clásica frase de: “Todos son corruptos”, y punto. Pero el trasfondo, o la realidad, es que no es tan simple como decir simple y llanamente la frase.
Hay muchas escalas y niveles a los que se les puede dar una clase de fe o el beneficio de la duda, probablemente, a las personas del porqué lo hicieron o por qué no lo hicieron. Yo soy administrador de Empresas, y esta carrera me ha permitido dar un paso al costado, no tan grande, para poder cuestionar este rato del cómo funciona el sistema. En mi carrera todo se trata de sistemas, entonces entra la reflexión de ¿cuál es el sistema que nosotros utilizamos para, evidentemente, notar que hay corrupción hasta la médula? Es inevitable darse cuenta de eso. En nuestra generación no tenemos idea, solo generalizamos, y hay un cero interés en aprender a profundidad todas estas cuestiones.
¿Por qué cree que se da este desinterés en los jóvenes hacia la política?
Es por la incidencia de darnos cuenta de que no hay nadie que valga la pena. Pero, se ha visto que hay bastante información en la que se evidencia que hay ciertos actores en los que la corrupción se institucionaliza. Aquí hablamos de coimas, de corrupción… Todo el sistema, —y nos damos cuenta—, está mal. Se es parte de una moral que es corrupta, y esto no se ha eliminado, sino que se expande.
¿Por qué cree que se tolera la corrupción?
Aquí se tiene la percepción de que los políticos, o quienes tienen que hacer obra pública, tienen dos opciones: hacen y roban o, simplemente, no hacen, porque necesitan hacer para poder robar. La motivación, parecería, que para hacer obras es robar. No se realizan las cosas por beneficio al público, sino porque se puede obtener un beneficio de todo lo que se construye. La gente involucrada, también, tiene dos opciones: por ejemplo, dice: “ya pues, ya hizo, ¿no?”, o intenta minimizar el tamaño del sobreprecio, de la coima o el soborno; pero, hay que ponerse a pensar cuántas obras se construyen bajo esas condiciones.
Si tuviera la oportunidad de ejercer el poder, ¿qué propondría para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos?
Proponer es complicado, partiendo del punto inicial, porque nosotros no sabemos cómo funciona internamente el sistema. Puedo decirte, tranquilamente, que voy a solucionar todos los problemas de la gente, pero no es así. He investigado, y se dice que a cierta edad una generación va a estar en posición de poder. Los rangos, anteriormente, eran segmentos de 50 a 60 para ser presidentes, luego se amplió, de 40 a 50. Y, actualmente, los puestos de influencia ya se van concentrando en nosotros.
Pero, más allá de eso, yo me desenvuelvo en el ámbito cultural. En lo político, y al estar en una situación de poder, quisiera aportar con análisis de la industria musical. Ese análisis del que yo parto puede transportarse a cualquier ámbito. Yo, por el momento, estoy haciendo StandUp; terminé en este espacio porque la pandemia mitigó toda la industria musical; entonces, yo siento que no se trata de estar a favor o en contra del sistema, sino, más bien, de estar en una posición superior para hacerlo crecer. Debemos conocer la industria, el sistema por el cual se desarrolla la cultura al día de hoy, ya sea música, comedia, pintura, teatro, todo esto.
Cada uno funciona de manera diferente, y con lógicas distintas. Hay algo dentro de la ciudad que, a mí percepción, pasa: tenemos un montón de músicos, pero no hay los espacios para potenciar el crecimiento del arte. No hay gente que terminé de interesarse por las otras trincheras, por los otros escenarios de la cultura. El principal aporte que podría generar sería no solo dar el dinero para que la cultura se promocione.A