El año 2023 es la oportunidad de un nuevo inicio
Terminar un año no es cualquier cosa, es la oportunidad que la vida cíclica le da al ser humano para abrirle la puerta a nuevas oportunidades. Sin embargo, para lograrlo es necesario dejar cerrado el ciclo, y ello implica realizar una introspección, una mirada consciente a lo acontecido durante el año, esto con el fin de realizar cambios, ajustes o adaptar nuevos elementos para una vida más plena y óptima. El año 2023 es la oportunidad de un nuevo inicio.
Cierre. Muchas veces la costumbre, sentir comodidad o no tener un proyecto de vida claro impide a la persona culminar con aquello que ya no se siente bien, siendo una especie de comportamiento autolesivo el permanecer atado a lo conocido, aunque sea displacentero. Por ello, es necesario armarse de valor y enfrentar el miedo al cambio, a la pérdida y a lo desconocido.
Desde el Catolicismo. Enrique Monserrate, sacerdote, manifiesta que el año nuevo significa acoger una nueva vida, y ello lo vincula con el hecho que cada 1 de enero el Santoral Católico rinde tributo a la Virgen María con la primera fiesta mariana del año: la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Monserrate explica que un nuevo año es una oportunidad para crecer como persona en todas las dimensiones, a saber: la espiritualidad, inteligencia, lo físico, material y social. “Si uno atrofia una dimensión, o solo se enfoca en fortalecer unas pocas, se presenta un problema: uno deja de crecer, porque la vida debe atenderse de forma integral”. A su vez, reconoce que el ser humano que no tiene un propósito se pierde; por ello, es necesario plantear un proyecto de vida, para que sea el punto de referencia de las decisiones y acciones que vaya tomando durante su complejo camino.
La energía. Fausto Contero, terapeuta, manifiesta que como seres humanos debemos estar en concordancia con los ciclos naturales y cósmicos. “A veces se piensa que es un día más o no tiene importancia, pero, desde lo simbólico y material es el cierre de un ciclo para darle paso al inicio de otro”. Entonces, si se es consciente de aquello se predispone toda la energía y voluntad hacia la renovación, lo que implica dejar atrás aquello que no sirve o cambiar cosas que no le gustan de su persona o alejarse de aquello que estorba y oscurece el entorno y, así, avanzar hacia objetivos nuevos. “Es la oportunidad de dejar morir al viejo yo y darle paso al nuevo”. Además, Contero motiva a que las personas, en este año nuevo, recuerden que no solo son un cuerpo físico, sino también energía y espiritualidad, y si se desatiende alguno de los aspectos nos quedamos a medias, porque muchos de los trastornos de salud no solo son originados en el cuerpo físico, muchas veces pueden ser provocados por problemas en la parte energética o mental, por ello es importante prestar atención al conjunto del ser.
¿Y qué hacer? Tanto desde lo espiritual como desde lo energético la recomendación es realizar una introspección, y ello significa tomar un momento, respirar y -con valentía y criticidad- darle un recorrido a la vida corrida en el año, asumir lo bueno y lo malo con sensatez para, de esta forma, reajustar lo que necesite de una ayuda, abandonar lo que ya no hace bien al alma y al cuerpo, renunciar a las personas que no suman, sino hostigan, truncan y duelen -ello implica romper con la familia que no aporta, porque la sangre llama, pero no condena- y, finalmente, dejarse fluir, darle sentido a lo simbólico y abrazarlo como una buena razón para darle cabida a un nuevo inicio, a una nueva persona.
Paso a paso. Sin embargo, no se atormente, el cambio es progresivo, paso a paso, pero fuerte y sensato, siendo fiel a los nuevos propósitos y felicitándose cuando alcance logros.