Si no lo sabía, la retahíla es un juego de palabras típicamente infantil que beneficia la fluidez verbal, así como la atención y la memoria de la niñez.
Sabedores de ello, en la Unidad Educativa ‘Carlos Cisneros’ se trabaja en repeticiones, armonía y con rimas, a fin de, con entretenimiento, los niños, de forma inconsciente, practiquen el lenguaje.
Bajo esa premisa, este lunes 11 de marzo tuvo lugar el Concurso de Retahíla, con la participación de los alumnos de segundos y terceros años de Básica.
La bienvenida estuvo a cargo de Hugo Jácome, rector del plantel, resaltando la valía de aprender en base al conocimiento y al juego. Mientras que el ofrecimiento del acto lo realizó Patricio Haro, coordinador de la Planta II, y Fanny Coronel, coordinadora de la Sección Vespertina presentó al jurado.
Estudiantes se segundo y tercero del ‘Carlos Cisneros’ participaron
A su turno, uno por uno, saltaron a escena docentes y alumnos.
- Segundos: ‘A’, ‘Mi carita redondita’; ‘B’, ‘Sr. Don Gato – El gato en el tejado’; ‘C’, Pinocho’; ‘D’, ‘Tengo, tengo orejas en una cabaña’; y, ‘E’, ‘Blancanieves’.
- Terceros: ‘A’, ‘La carita’; ‘B’, ‘Periquito, el bandolero’; ‘C’, ‘La marcha de la tía Clementina’; y, ‘D’, ‘Cucú, cucú, cantaba la rana’.
Mientras el jurado deliberaba, se hizo la entrega de diplomas a las maestras: Neryda Caiza, Gisela Hidalgo, Delia Quishpi, Blanca Gaybor, Norma Vallejo, Rocío Caminos, Luisa Abarca, Mónica Arias y Patricia Moreno, en justo reconocimiento al esfuerzo y compromiso desplegado en la preparación de sus queridos alumnos.
Entre los segundos años le tocó al paralelo ‘B’, y en terceros al ‘C’, aunque todos se lucieron.
Wilson Gualán, encargado del Área de Gestión Social de la Cooperativa ‘Fernando Daquilema’ reconoció y entregó presentes a segundo ‘A’, mientras Sonia Murillo, entregó el premio de su Diario La Prensa a tercero ‘C’.
Al final del acto, Patricio Falconí, maestro de ceremonias, despidió la actividad.
Padres apoyando a sus hijos
Los padres de familia, orgullosos, entregados, comprometidos, trataron que las participaciones sean de lo mejor, armando los escenarios, cuidando cada detalle de los trajes y brindándoles su apoyo.
Mientras que los participantes, un poquitín nerviosos al subir al escenario, algo que es normal a tan cortas edades, demostraron los conocimientos adquiridos, su talento innato y el deseo de divertirse y compartirlo.
