No sabemos nuestra historia
El comportamiento de los ciudadanos, también, forma parte de la responsabilidad que se tendría que gestar en cada barrio, ciudadela y sector de Riobamba. ¿Será que el desconocimiento de nuestra historia ha generado esta apatía hacia lo que significa la ciudad? Maritza Andino, abogada, comenta que el no conocer nuestra historia hace que no amemos esta tierra. No sabemos nuestra historia
¿Qué es lo que rescata de Riobamba y sus ciudadanos?
Creo que la ciudadanía es un tema muy amplio. La ciudadanía implica no solo sentirse ‘parte de’, sino ¿qué hacemos por esa ciudad en la que hemos nacido, en la misma que crecemos y no queremos salir? Entonces, lo importante para no querer abandonar nuestra ciudad es el compromiso que tenemos. Ese compromiso, no solamente, implica a la autoridad, sino una corresponsabilidad con el ciudadano. De Riobamba a mí me encanta la cordialidad de su gente, la belleza del lugar, ya sea natural o no, los paisajes…; pero, por otro lado, a ello también hay que añadirle esa decisión de colaborar con lo que es la ciudad en sí. Nombrando un tema -por ejemplo- de cuidado de los monumentos y, más allá de eso, como parte básica, el conocer a cerca de la gran historia de Riobamba.
¿Por qué?
Porque nosotros decimos amar a nuestra ciudad, pero ni siquiera tenemos idea de las fechas cívicas. Por ejemplo, el 21 de abril, ¿de qué año es?, ¿qué se celebró? o ¿por qué?; también tenemos uno u otro monumento en un sitio específico de la ciudad… ¿y?
¿El paso del tiempo generó cambios?
Yo creo que el desconocimiento de las grandes ejecutorias que han tenido los ciudadanos riobambeños hace que se pierda un poco ese sentido de pertenencia y ese sentido de amar todo lo que Riobamba significa. Existe un desconocimiento profundo hacia lo que es la historia y, tal vez, eso sea lo que nos desmotive, porque creemos, tal vez, que en nuestra ciudad nunca pasó nada, que es aburrida. También se pensaría que no tiene las grandes características que otras ciudades. Y, es todo lo contrario. Lo que pasa es que nosotros no nos hemos tomado la molestia de conocer, un poco más de la historia de esta gran Riobamba y, tal vez, por ello, la desmerecemos ante otras ciudades que nos parecen más interesantes.
¿Acaso su sector se ha organizado para cuidar los espacios públicos con que cuenta?
Lo que he visto en materia de organización ciudadana, más bien, es tratar de apoyarse contra la delincuencia, y este tema tiene más prioridad más allá de cuidar la belleza del barrio y todo lo hermoso que pudiera tener en el aspecto natural o emblemático, debido a que Riobamba se ha vuelto una ciudad un tanto peligrosa. Entonces, el ciudadano se ha visto en la necesidad de organizarse para precautelar su integridad y, también, los bienes de su pertenencia.
¿Es verdadera la “costumbre” de esperar al Municipio del cantón para que arregle las cosas que no cuidamos?
Yo pienso que la costumbre no debe ser una ley, contrario a lo que se dice. Si la costumbre no nos está aportando, no nos está construyendo como mejores personas, o mejores ciudadanos, pues, esa costumbre debe erradicarse. Entonces, nosotros debemos tener el compromiso de ser ciudadanos de primera clase, y esto engloba a tener un real compromiso y que, más bien, sean los que fiscalicen y motiven a la autoridad a cumplir con todo lo que ofreció y, sobre todo, situaciones que no han sido visibilizadas lo haga. Entonces, el compromiso de la ciudadanía debería ser el tratar de que esta Riobamba sea lo que siempre fue: una ciudad altiva, noble y siempre mejor.
Otra forma de responsabilidad con los otros es el respeto. ¿En la ciudad se tiene en cuenta esto en el trato a las mujeres?
Lamentablemente, la violencia de género no se ha erradicado. La violencia es un aspecto latente, como lo vemos en temas que se pretenden normalizar, como es el acoso callejero. Nosotras siempre hemos manifestado que no necesitamos la aceptación de nadie, que debemos caminar tranquilas y seguras, con respeto, por la ciudad; lamentablemente, parece que este mal se ha generalizado de tal manera que se cree que no, que nosotros deberíamos sentirnos “halagadas” porque alguien nos mira, y es todo lo contrario. Nosotros, como seres humanos, tenemos el derecho a que se nos respete y no necesitamos que nadie nos adjetive de ninguna manera, sino el respeto y el derecho de caminar libremente por las calles.
¿Desde los barrios se podría fomentar este tipo de acciones para fomentar este respeto?
Yo creo que sí, debería hacerse desde las escuelas, los colegios y todo tipo de instituciones para que dejen de romantizar este piropo que lo único que hace es fomentar más esa violencia de género.